Desde principios del siglo XX, numerosos estudios científicos han determinado una clara relación entre el flúor y la prevención de la caries. Análisis de expertos han ido demostrando que los dientes cariados tenían un contenido menor en fluoruros que los sanos. Incluso, numerosas investigaciones revelaron hace años que las personas que consumían agua fluorada de manera natural tenían dos tercios menos de riesgo de caries que los que vivían en áreas con agua sin flúor. Pero, ¿sabemos exactamente qué es el flúor, para qué sirve, cuándo debemos utilizarlo y en qué tipo de productos lo encontramos?
El fluoruro es un mineral que se encuentra en los huesos y en los dientes. También se encuentra de forma natural en el agua, las plantas, las rocas y el aire. Además, también está presente en ciertos alimentos como el salmón, la sardina, el bacalao, el marisco, el pollo, las naranjas, las cebollas, las espinacas, las patatas y los cereales integrales, entre otros, y también lo encontramos en algunas aguas. De hecho, el agua fluorada es una forma segura y eficaz de prevenir las caries, según el Consejo General de Dentistas. Los dentistas españoles explican que está “científicamente demostrado” que la fluoración del agua en las cantidades adecuadas es un método “totalmente seguro”, previene la aparición de las caries al fortalecer los dientes y ayuda a reparar las lesiones producidas por las caries en sus etapas iniciales.
Por último, no olvidemos que el flúor para ayudar a mejorar la salud dental, también se encuentra en diferentes productos disponibles en el mercado como son pastas de dientes, enjuagues bucales y suplementos.
Propiedades del flúor
Los beneficios del flúor en nuestra salud bucodental empieza incluso antes de la erupción dental. El flúor que los bebés ingieren a través de los alimentos, bebidas y suplementos dietéticos fortalece el esmalte dental, lo que facilita la resistencia a la caries en el futuro. Es lo que se denomina beneficio “sistémico”.
Cuando ya aparecen los dientes, el flúor ayuda a remineralizar el esmalte dental debilitado, y puede incluso revertir los primeros signos de caries. Cuando nos cepillamos los dientes con pasta dental con flúor o utilizamos otros productos dentales con flúor, el flúor se aplica a la superficie de los dientes. Esto es lo que llamamos un beneficio “tópico”.
El flúor que ingerimos en los alimentos y bebidas también nos proporciona beneficios en nuestra salud dental, porque se convierte en parte de la saliva que va “bañando” la dentadura ayudando a reconstruir el esmalte dental debilitado.
Resumiendo los beneficios del flúors podríamos decir que:
- Ralentiza la pérdida de minerales del esmalte dental, manteniendo la pieza más sana.
- Revierte los primeros signos de caries, protegiendo el diente.
- Previene el crecimiento de bacterias orales dañinas, bacterias de la boca que descomponen el azúcar y los carbohidratos, produciendo ácidos que se comen los minerales del esmalte dental. Esta pérdida de minerales se llama desmineralización. El esmalte dental debilitado deja los dientes vulnerables a las bacterias que causan la caries.
Cuándo y cómo tomar más flúor
En determinados casos, el dentista puede aconsejarnos cómo conseguir ese mineral para alcanzar los niveles necesarios para proteger los dientes, especialmente, de los más pequeños de la casa. De hecho, el flúor es más importante en los niños para contrarrestar la acción de las bacterias de la boca.
Entre los productos que se pueden dar a los más pequeños de la casa para aportarles flúor están los dentífricos. Según datos de la Sociedad Española de Ondontopediatría, los niveles de fluoruros en los productos de higiene bucodental oscilan entre 1.000 a 1.500 partes por millón (ppm), con algunas pastas de dientes infantiles que poseen tasas más bajas. En cuanto a los enjuagues bucodentales para uso diario, las concentraciones suelen ser de entre 230 y 500 ppm, mientras que los colutorios de uso semanal o quincenal suben hasta tasas de 900 ppm. x
Pero, ¿cuánta pasta con flúor hay que dar a los pequeños para alcanzar los niveles óptimos de flúor, sin excederse? El Consejo General de Dentistas de España aconseja aplicar una cantidad de pasta dental fluorada del tamaño de un grano de arroz desde la salida del primer diente de leche hasta los 2 o 3 años, cepillándolo suavemente con un cepillo para bebés. Posteriormente, la cantidad puede ser superior, del tamaño de un guisante.
También es aconsejable a partir de los 5 años, aproximadamente, acudir al dentista donde podremos aplicar geles o espumas de flúor en los dientes de los niños, durante entre 1 y 4 minutos. Tras este tratamiento, el pequeño no debe ingerir ningún alimento ni bebida durante 30 minutos, para que haga más efecto.
En cualquier caso, desde Clínica Acevedo recomendamos siempre supervisar a los pequeños cuando se cepillen los dientes para que nunca se excedan en el uso de pastas dentífricas con flúor o colutorios.